Estas tradicionales galletas ya se convirtieron en favoritas de mi pequeño más pequeño, por su sabor ligero y consistencia, le encantan solitas (afortunadamente jaja), pero obvio por ser una chocolatera de corazón a algunas les puse chocolate oscuro y yo diría que quedaron aún más ricas ;)
INGREDIENTES:
2 tazas de harina
1 taza de harina de tapioca
1 cucharadita de jengibre
1/2 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de nuez moscada
una pizca de clavo molido
una pizca de sal
1 cucharadita de polvo para hornear
1 barra de mantequilla (ablandada) o aceite de coco
1/2 taza de miel de maple
1 huevo
En un recipiente mezcla las harinas, especias y sal; reserva.
Bate la mantequilla hasta que acreme, incorpora la miel de maple el huevo , una vez que todo esté bien mezclado, incorpora los ingredientes secos poco a poco hasta que quede una mezcla uniforme. Vacía la "masa" en plástico de cocina y envuélvela formando una bolita. Déjala reposar en el refrigerador por lo menos dos horas.
En una superficie plana extiende el plástico, dejando la bolita en el centro, cubre con otro plástico y con el rodillo extiende la masa del grosor que la prefieras, entre más delgada más crujiente, corta las galletas con el cortador que prefieras, y trasládalas a una charola, ya sea con papel para hornear o engrasada con aceite de coco en aerosol (yo lo hice así, y no se pegaron), mételas en el horno ya precalentado a 180 °C (360°F) y deja hornear por 15 minutos aproximadamente o hasta que tengan un color doradito. Deja enfriar y decora, o disfrútalas al natural ;)
*Para decorar yo utilicé chocolate oscuro, y chocolate blanco para algunos detalles, pero también puedes usar el frosting tradicional.