¿Has escuchado la frase “donde va tu atención va tu energía“? Pues esa es justamente mi intención, darle mi energía a lo realmente importante; que mi atención se enfoque en lo que quiero que tenga fuerza en mi vida, en lo que quiero hacer crecer y trascender, en mis fortalezas y en las de quien me rodea, en las cosas buenas que recibo cada día.
Herramientas para trabajar nuestra atención:
Diario de Gratitud. Una buena forma de redireccionar nuestra atención es la gratitud, en el momento en que empezamos a dar gracias y sobre todo darnos cuenta de tantos milagros en nuestra vida diaria que damos por sentado, de inmediato cambia nuestra percepción y nuestra atención se mantiene en lo realmente importante.
Enfócate en lo bueno. Como parte del diario de gratitud podemos hacer otro ejercicio que nos ayudará a centrarnos en las fortalezas y ver lo bueno tanto en nosotros mismos como en los demás: escribir una o dos cosas que apreciamos o agradecemos de quien nos rodea, una cualidad nuestra que habíamos olvidado o algún logro del día, nos ayudará a enfocar nuestra atención en cualidades, no defectos, en lo que podemos lograr, y en seguir adelante.
Cambiar la pregunta. Cuando estamos en un lugar donde todo se ve negro y nuestra atención se centra en lo negativo, solemos preguntarnos: ¿por qué me pasa esto a mí? Que en realidad más que pregunta se vuelve parte de la queja y del sentirnos víctima de las circunstancias, y es normal, todos hemos pasado por ahí. Pero cuando cambiamos la pregunta a ¿para qué? nuestra atención y perspectiva cambia, ahora estamos tratando de entender cuál es la lección, cuál es la razón y entonces nos damos la oportunidad de hacer consciencia y trascender.